Había una vez un hermoso día de verano. El sol brillaba en el cielo y el cielo estaba despejado y azul. Marta, una niña curiosa, decidió pasar su día en el parque.
Marta llevaba consigo una mochila con su libro favorito, una botella de agua y su pelota roja. Llegó al parque y vio a niños riendo, corriendo y jugando en el césped verde.
Ella encontró un banco bajo la sombra de un árbol y se sentó para leer su libro. Mientras leía, escuchaba el canto de los pájaros y sentía la brisa suave en su rostro. De vez en cuando, levantaba la vista y observaba a los niños jugar.
Después de un rato, Marta decidió unirse a la diversión. Guardó su libro en la mochila, sacó su pelota roja y la lanzó al aire. ¡Rebotó en el suelo y ella la atrapó con una sonrisa!
Marta vio a un niño solitario en un rincón. Se acercó y le preguntó si quería jugar con ella. El niño estaba emocionado. Jugaron juntos a lanzar la pelota y reírse cada vez que la atrapaban.
Luego, Marta y su nuevo amigo decidieron explorar el parque. Caminaron cerca de un estanque donde los patos nadaban tranquilamente. Marta sacó migas de pan de su mochila y los patos se acercaron rápidamente.
Después de alimentar a los patos, Marta y su amigo se dirigieron al área de juegos. Se subieron a los columpios, se deslizaron por el tobogán y treparon por la estructura de escalada. ¡Se sintió como si estuvieran en una aventura emocionante!
El sol comenzaba a ponerse y el cielo se pintaba de colores cálidos. Marta y su amigo se sentaron en un banco y compartieron una merienda que Marta había traído consigo. Comieron sándwiches y frutas mientras charlaban y reían.
Marta miró su reloj y se dio cuenta de que estaba por llegar la hora de regresar a casa. Se despidió de su amigo con una promesa de volver al parque otro día. Recogió sus cosas, agradeció al parque por un día maravilloso y comenzó a caminar hacia casa con una sensación de felicidad en el corazón.
Esa noche, antes de dormir, Marta pensó en todas las aventuras que había tenido en el parque. Se sintió agradecida por los nuevos amigos que había hecho y por el hermoso día que había disfrutado.
Y así, con una sonrisa en el rostro, Marta cerró los ojos y se sumergió en un sueño lleno de risas, juegos y amistad.
Preguntas de comprensión:
- ¿Qué día era cuando Marta decidió ir al parque?
- ¿Qué objetos tenía Marta en su mochila?
- ¿Qué hizo Marta mientras estaba sentada en el banco?
- ¿Cómo empezaron a jugar juntos Marta y el niño solitario?
- ¿Qué actividad disfrutaron Marta y su nueva amiga cerca del estanque?
- ¿Qué hicieron Marta y su amiga en el patio de recreo?
- ¿Por qué Marta tuvo que abandonar finalmente el parque?
- ¿Cómo se sintió Marta con las aventuras que vivió en el parque?
- ¿Qué hizo Marta antes de acostarse esa noche?
Respuestas:
- Era un hermoso día de verano con un cielo azul despejado.
- Marta tenía su libro favorito, una botella de agua y una pelota roja en su mochila.
- Marta leyó su libro mientras disfrutaba del sonido de los pájaros y de la suave brisa.
- Marta se acercó al niño solitario y lo invitó a jugar con ella.
- Alimentaron a los patos junto al estanque con pan rallado.
- Jugaron en los columpios, bajaron por el tobogán y treparon a la estructura de juego.
- Se acercaba el momento de regresar a casa.
- Marta se sintió agradecida por los nuevos amigos que había hecho y por el maravilloso día.
- Marta pensó en las aventuras y se durmió felizmente.